sábado, 31 de mayo de 2008

LA MORTAJA, MIGUEL DELIBES

FUENTE: PROFES.NET
Lecturas comentadas El "social-realismo" y su incidencia en la literatura juvenil actual
Autor: Miguel Delibes
Obra: La mortaja
Selección y comentarios:
Fernando Carratalá Teruel

Contexto

“La mortaja” (1970) es uno de los mejores relatos de Delibes. Su protagonista es un niño amante de la Naturaleza, el Senderines, que se enfrenta súbitamente con la muerte: él solo no puede dar vestidura al cadáver de su padre, Trinidad -Trino- (“Está desnudo y hay que vestirle antes de dar aviso”); y los que se decían amigos de éste -Goyo y la Ovi, Conrado-, a quienes el niño apela, le deniegan el auxilio solicitado por distintos motivos. Por fin, el Pernales le ayuda a amortajar lentamente el cadáver del padre, pero a cambio de sus pertenencias, que el Senderines le va entregando poco a poco: el traje nuevo, los zapatos, el despertador, los calcetines, la camisa de los domingos...

Con la vigorosa descripción reproducida seguidamente inicia Delibes el cuento “La mortaja”. La riqueza de la adjetivación no ha dependido tanto de la multiplicidad de cualidades de la realidad que se describe, cuanto de la capacidad de Delibes para percibirlas. A esta eficaz adjetivación se unen sugerentes comparaciones y el acierto del lenguaje figurado, todo lo cual ayuda a conferir fuerza plástica a la descripción. (El “bom-bom” emitido por la casa grande -la C.E.S.A.- hace referencia al ruido de una central hidroeléctrica).

Texto de Miguel Delibes

El valle, en rigor, no era tal valle, sino una polvorienta cuenca delimitada por unos tesos blancos e inhóspitos. El valle, en rigor, no daba sino dos estaciones: invierno y verano y ambas eran extremosas, agrias, casi despiadadas. Al finalizar mayo comenzaba a descender de los cerros de greda un calor denso y enervante, como una lenta invasión de lava, que en pocas semanas absorbía las últimas humedades del invierno. El lecho de la cuenca, entonces, comenzaba a cuartearse por falta de agua y el río se encogía sobre sí mismo y su caudal pasaba en pocos días de una opacidad lora y espesa a una verdosidad de botella casi transparente. El trigo, fustigado por el sol, espigaba y maduraba apenas granado y a primeros de junio la cuenca únicamente conservaba dos notas verdes: la enmarañada fronda de las riberas del río y el emparrado que sombreaba la mayor de las tres edificaciones que se levantaban próximas a la corriente. El resto de la cuenca asumía una agónica amarillez de desierto. Era el calor y bajo él se hacía la siembra de los melonares, se segaba el trigo, y la codorniz, que había llegado con los últimos fríos de la Baja Extremadura, abandonaba los nidos y buscaba el frescor en las altas pajas de los ribazos. La cuenca parecía emanar un aliento fumoso, hecho de insignificantes partículas de greda y de polvillo de trigo. Y en invierno y verano, la casa grande, flanqueada por el emparrado, emitía un “bom-bom” acompasado, casi siniestro, que era como el latido de un enorme corazón.

Miguel Delibes, “La mortaja”, Editorial Cátedra. Colección Letras Hispánicas, núm. 199.

Apoyo léxico

Teso. Colina baja que tiene alguna extensión llana en la cima.
Greda. Arcilla arenosa, por lo común de color blanco azulado.
Loro,-ra. De color amulatado, o de un moreno que tira a negro.

Propuesta de actividades

1. Actividad de expresión escrita. Imitando la técnica descriptiva de Miguel Delibes en el texto anterior, efectuar la descripción de un valle atravesado por un río. La descripción será el resultado de una observación directa de la realidad; y en ella se recurrirá, para matizar los nombres, al empleo de adjetivos, comparaciones y aquel lenguaje figurado que haga más expresiva dicha descripción. (Y téngase presente, en cualquier caso, que describir no es inventariar, y que los detalles concretos deben exponerse de forma ordenada).

2. Actividad de expresión escrita. Analizar los sentimientos de solidaridad que surgen espontáneamente ante el dolor ajeno por la muerte de un ser querido.

3. Actividad de expresión oral. Una vez leído completo el cuento “La mortaja”, entablar un coloquio que subraye los quebrantos sociales que se derivan del primitivismo campesino, el aislamiento y la ignorancia supersticiosa, que actúan de trasfondo en el relato de Delibes.

Referencias bibliográficas

Miguel Delibes: Siestas con viento sur. Barcelona, Destino, 1957.

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