Facebook y Google empujan los nuevos experimentos de la narrativa
Se habla ya de una literatura sin papel en la que los escritores se transforman en productores visuales
Por: Ana Prieto
Fuente: ESPECIAL PARA CLARIN
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Hay quienes se animan a poner obra, como el argentino Juan Carlos Andrade y su publicación de "Una larga noche", una novela por entregas que, según el autor, permite a los lectores "acompañar el proceso de escritura en el exacto ritmo del escritor" y los invita, cuando él dispone, a decidir sobre la trama. Pablo Toledo, ganador del Premio Clarín Novela 2000, promociona su nouvelle "Tangos chilangos" a través de Facebook, pero la enlaza a un blog en el que se descarga en formato PDF (especial para documentos que serán impresos). "Facebook no es un medio tan bien adaptado a la publicación y lectura de textos largos" dice Toledo. "Además ahí todo va como texto plano, copiable, pegable y plagiable. La protección del PDF se puede quebrar en cinco segundos con el programa adecuado, pero en Facebook no tengo siquiera esa opción". Muchos escritores están en la misma sintonía.
Después de tantas discusiones alrededor de la legitimidad del blog como canal literario, éste sigue siendo el soporte digital preferido entre los escritores, y Facebook, en muchos casos, un puente hacia otro lugar. El escritor peruano Diego Trelles Paz, por ejemplo, sólo utiliza Facebook para "colgar" artículos acerca de sus proyectos: "Es muy efectivo como medio de llegada y, de muchas formas, democratiza la producción y el acceso de la palabra; al mismo tiempo, difumina esa línea que genera el libro físico entre los que son (y se asumen como) autores y los que no." Y es que Facebook brinda la posibilidad única de permanecer en contacto con aquellos escritores que uno admira (siempre y cuando tengan una cuenta allí y acepten la solicitud de amistad), lo que no quiere decir que vaya a haber ningún intercambio más allá de figurar en su lista de "amigos". El mexicano Mario Bellatin, por ejemplo, tiene casi ochocientos. "¿Tantos?" Se sorprende. "No conozco a casi nadie." Trelles Paz continúa: "Más que Facebook, esta red debería llamarse Showing-off, porque es una fábrica de vanidades a gran escala; la lógica de los usuarios es la del lucimiento, ya sea a través de las fotos o de los pensamientos siempre ingeniosos que acompañan a sus nombres".
En esos "pensamientos siempre ingeniosos" muchos ven el potencial literario de Facebook. Se trata de lo que aparece en el News Feed: una especie de gran plató diario que reúne las actividades recientes de todos los amigos, a modo de minúsculas autobiografías. El corazón del News Feed es el "status" o en castellano "estado" y consiste en un par de renglones donde el usuario escribe lo que está pensando o haciendo. Para algunos es indiferente, pero para otros, como la francesa Bonnie Leclerc, es la posibilidad de compartir con sus amigos un poema narrativo construido día a día. El formato del News Feed también inspiró a la periodista norteamericana Sarah Schmelling para reescribir Hamlet: "Horacio cree que vio un fantasma"/ "Hamlet agregó Inglaterra a la aplicación 'Países que he visitado'" / "Dinamarca ahora es de Noruega". Tal fue el éxito de Schmelling que prepara el libro Ofelia se unió al grupo Doncellas que no flotan, con la idea de "tomar a los clásicos más entrañables y llevarlos al loco y hermoso mundo de Facebook". Schmelling apuesta así por una operación paradójica: llevar al papel un formato de comunicación digital. De eso se trata.
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